DE NOCHE


   Hay momentos en la vida, inesperados y trascendentales, donde las preocupaciones desaparecen seguidas de esa emoción llamada alegría, donde el pilar de la felicidad está ausente, donde la doctrina de una buena vida no es más que un aura oscura en la que los ojos se pierden por horas cuan náufrago sin encontrar algo que realmente sirva para explicar. La razón pierde sentido y los impulsos emocionales nada tienen que aportar en donde el cuerpo permanece inalterable, la mente vagabunda y las palabras ausentes.
   Solo un eco da consuelo, notas suaves y voces gratas y cónsonas con ese espectro momentáneo que rasga con gentileza las paredes internas del pecho donde se aloja, en el que encuentra refugio en los aquellos días en los que la dicha es abundante.
   Ropa desordenada tirada en el suelo, la música rebotando en las paredes, el sonido de tal cual auto penetrando a través de los sucios cristales de la ventana, una mosca molesta que trata, sin acierto, de sacarme de mi introspección, una sabana cubriendo mi cuerpo mientras sigo encontrando marcas curiosas en el machimbre del tejado; una "feliz" manera de pasar una noche.

Comentarios